Sin entrar en las implicaciones éticas y sociales que conlleva el uso de la biometría para determinados procesos, estaremos todos de acuerdo en que la utilización del reconocimiento facial para control de flujos y accesos en procesos de fast check-in nos facilita mucho la vida y mejora considerablemente nuestra experiencia de usuario.

Admitámoslo, a nadie le gusta perder su valioso tiempo en una interminable cola que apenas avanza mientras el inexorable paso del tiempo te recuerda al son del tic tac de tu reloj, que ese avión con destino a las Bahamas para disfrutar tus merecidas vacaciones está a punto de despegar.

Entiendo perfectamente esa sensación porque he pasado por ella en muchas ocasiones tanto en aeropuertos como estaciones de tren o autobús y a pesar de la estoica resignación con la que soportamos esas soporíferas esperas, existen tecnologías que nos permiten aligerar estos procesos con total seguridad. 

Hoy en día, evitar las colas y esperas en el control de accesos físicos es posible gracias a la tecnología de reconocimiento facial.

Nadie debería esperar en la cola de facturación en un aeropuerto o para hacer el ckeck-in en un hotel cuando lo que realmente desea es sentarse en el avión o tumbarse en la cama de su habitación y descansar.

La solución pasa por ofrecer a los viajeros la posibilidad de hacer un check-in online previo en el que se verifique su identidad y se registre su biometría facial para poder automatizar el proceso de reconocimiento a través de un totem o una cámara, aligerando el proceso y los flujos de personas, habilitando para ello un fast track check-in o vía de acceso rápido que de prioridad en los accesos.  

Los sistemas de control de acceso con reconocimiento facial necesitan tanto de una componente hardware (totems, quioscos de registro u enrolamiento, cámaras especiales, tornos de acceso, etc) como software, donde todo el proceso de identificación se realizará con un motor biométrico que proporcione reconocimiento 1:N para identificar a un usuario dentro de un grupo mayor de usuarios registrados.

  

Los aeropuertos y aerolíneas están siendo pioneros en la adopción de tecnologías de acceso rápido con biometría o fast check-in, aunando usabilidad y una mejor experiencia para los pasajeros con seguridad.

Prueba de ello el es el proyecto piloto que ha lanzado Aena junto con la compañía aérea Vueling y Mobbeel en el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat para probar la tecnología de reconocimiento facial en un flujo completo que permite enrolamiento biométrico con nuestra tecnología en la app de Aena, autofacturación del equipaje también con reconocimiento biométrico así como pasar los controles de seguridad y puerta de embarque «por la cara». 

Puedes ampliar información sobre el proyecto en la siguiente entrevista en la radio, donde desgranamos los entresijos de uno de los proyectos de fast track check-in en aeropuertos más importantes del mundo.

Y no sólo las aerolíneas empiezan a ver estas tecnologías como una solución a muchos de los problemas que tienen para controlar los accesos. En todo tipo de estaciones (tren, autobús,…) se comienzan a lanzar licitaciones y proyectos para probar la eficacia de las soluciones biométricas.

Entre los casos de uso nos encontramos con vías de acceso rápido a través de biometría en trenes de alta velocidad o trenes de lujo, utilización de la tecnología onboarding digital para la adquisición de determinadas tarjetas especiales, control horario, etc.  

Si de lo que se trata es de reservar la habitación, podemos verificar la identidad de la persona en el momento de de hacer el check in online en el hotel escaneando su documento de identidad a con la cámara de su móvil u ordenador, validar que es real, extraer la información a través de tecnología OCR o NFC e introducir la información del huésped en el PMS del hotel.

En el mismo proceso se le pediría un selfie para compararlo con la foto del documento de identidad y de esta manera, a través de reconocimiento facial, verificar que es la misma persona que aparece en el documento. A continuación se podría firmar el parte de viajeros dentro del proceso de check-in online con firma biométrica.

Al llegar al hotel, podemos evitar las colas en la recepción y acceder directamente a la habitación con reconocimiento facial. Para ello podemos disponer de cerraduras electrónicas o quioscos que nos diesen la llave al reconocernos.

Hay múltiples posibilidades y todas redundan en la misma idea: ofrecer la mejor experiencia a los huéspedes al llegar a su destino tras un largo viaje.

Pero… ¿y si se usa la tecnología de reconocimiento facial para controlarnos y vigilarnos?

No existe una tecnología buena o mala en sí misma. Todo depende del uso que se haga con ella.

Hoy en día, existe una preocupación real entre gran parte de la población por el uso indebido que algunos gobiernos (como en el caso de China) están haciendo de los algoritmos de reconocimiento facial y cámaras de video vigilancia para controlar a las personas.

Además, en el ámbito privado también han salido a la palestra casos de multinacionales que han usado nuestras imágenes para entrenar sus algoritmos de reconocimiento biométrico.

Por ello, es necesario que haya una regulación estricta en cuanto a los usos permitidos de la tecnología, así como limitaciones y exigencias para que los proveedores de este tipo de tecnologías cumplamos con las normativas de seguridad y protección de datos.