Hace tiempo que nadie en el sector de la salud, tanto a nivel público como privado, duda de la necesidad de acometer una profunda reforma orientada a optimizar procesos a través de la digitalización. Las clínicas más grandes hace años que dan pasos en esa dirección gracias al análisis del Big Data y el acceso a internet, permitiendo por ejemplo que los pacientes puedan mantener consultas online a través de videoconferencia o eliminando el papel en las firmas para realizar el proceso en tabletas a través de la firma digital. Las clínicas más pequeñas en cambio, siguen con procesos rudimentarios, usando papel para las historias de los pacientes o para las firmas de cualquier tipo de documento.
Hoy, pocos meses después de la aparición del coronavirus y a medida que nos adentramos en “la nueva realidad”, descubrimos que esa tendencia hacia digitalización del sector sanitario, se ha convertido inexorablemente y de la noche a la mañana en necesidad imperante por evitar contactos y aglomeraciones manteniendo las distancias de seguridad entre pacientes y profesional de la salud.
En el año 2009 fuimos pioneros a nivel mundial desarrollando soluciones de reconocimiento biométrico para dispositivos móviles, por delante de empresas como Google o Apple. En múltiples sectores veían con optimismo el enorme potencial de utilizar el reconocimiento biométrico para verificar la identidad de los usuarios en entornos digitales, pero pocas empresas se atrevían a ser las primeras en su sector en adoptar tecnologías tan innovadoras. –– Poder autorizar una transacción bancaria con la cara o acceder una aplicación con el iris parece más seguro y sencillo que hacerlo con un usuario y contraseña –– nos aseguraban algunos bancos y empresas del sector financiero –– pero el mercado aún no está lo suficientemente maduro para su adopción. Cuando tengáis más clientes en este sector, volved a llamar a nuestra puerta que seguro que la incorporamos. –– No fue hasta la incorporación de sensores biométricos en los dispositivos móviles, cuando se comenzaron a adoptar estas tecnologías de forma masiva para múltiples casos de uso.
En cambio, con nuestra solución de firma digital no tardamos en cerrar proyectos, muchos de ellos con clínicas del sector sanitario. En este caso las ventajas eran tan obvias que pronto se estandarizó su utilización, en tanto y en cuanto nuestra firma biométrica tiene total validez legal al cumplir con los requisitos establecidos en los diferentes reglamentos y normas de firma electrónica y digital, se elimina el papel haciendo el proceso más ecológico y como consecuencia se reducen costes, se mejora la experiencia de usuario y se deslocaliza el proceso de firma, pudiendo firmar en cualquier momento y lugar.
Por ello, a partir del 2012 comenzamos a trabajar con las primeras clínicas en España que incorporaron la firma biométrica para firmar documentos PDF de manera presencial. Para ello se utilizaban tabletas (iOS, Android o Windows) con una aplicación nativa que integraba nuestra SDK de firma biométrica y que se integra con el CRM de la clínica para almacenar los consentimientos firmados.
Pero en la actualidad, urge ir un paso más allá, permitiendo que sea el propio paciente quien pueda firmar cualquier documento desde su dispositivo móvil ya bien sea en remoto o en la misma clínica de manera presencial con una solución de firma contactless y web para que no tenga que descargarse ninguna aplicación nativa.
El potencial del uso de tecnologías de reconocimiento biométrico no tiene límites y con la misma premisa de evitar los contactos físicos entre pacientes y personal del centro de salud podemos ver soluciones que van desde acceder a la información en quioscos sin necesidad de contacto a través de reconocimiento facial o de voz (autenticación biométrica), a la apertura de puertas y acceso a salas físicas con multi-biometría.
No obstante, para poder autenticar a un usuario a través de biometría necesitamos previamente tener a dicho usuario registrado en el sistema con alguna muestra biométrica previa contra la que comparar cada vez que vayamos a verificar su identidad. Esto parece relativamente sencillo con el personal que trabaja en la clínica ya que los tenemos dados de alta en nuestra base de datos y tenemos facilidad para hacer un enrolamiento o proceso de captura biométrica de manera controlada y presencial, pero para el caso de los pacientes no lo es tanto.
Para poder realizar el registro digital de pacientes o para permitir al paciente acceder a información sensible, podemos utilizar un documento de identidad de base legal como su documento de identidad o el pasaporte.
El proceso para el usuario sería sencillo, utilizando para ello tecnología puntera basada en inteligencia artificial, aprendizaje profundo y redes neuronales: Se le pide al paciente que enseñe su documento a la cámara, se escanea y valida dicho documento, se extrae la información por OCR (o NFC) y a continuación se le hace un selfie con prueba de vida para comparar mediante algoritmos biométricos la foto del selfie con la del documento. De esta manera podemos verificar la identidad de un paciente la primera vez que accede a nuestros sistemas. Este proceso se puede realizar en entorno web a través de un dispositivo móvil, de una webcam o incluso en quioscos dentro de la propia clínica para que un paciente se pueda dar de alta de manera autónoma.
En definitiva, nuestras soluciones basadas en biometría permiten verificar la identidad de pacientes en entornos digitales desde el primer momento en que comienza su vinculación con la clínica mediante la verificación de su documento de identidad en un proceso de registro digital hasta el reconocimiento multibiométrico cada vez que acceden al sistema o consultan su historial pasando por la firma biométrica con validez legal de consentimientos y documento. Además, todas estas tecnologías permiten realizar procesos contactless en tabletas o quioscos, adquiriendo mayor importancia si cabe ante la actual situación para evitar el contacto entre personas.